British School

St. James Church

Vida espiritual para una formación integral

St. James Church - British School

En 1850, y desde su base de operaciones en las islas Malvinas («Falkland»), un grupo de misioneros británicos empezó a establecer contacto con los grupos yámana de los canales australes de Tierra del Fuego. Fundaron misiones para educar a esta «gente de las canoas», y convertirlos al cristianismo. Pero, tal fue el choque cultural, y tan devastadoras las «nuevas» enfermedades de los blancos, que al término del siglo XIX sólo quedaban pocos yámanas.

Durante este periodo, Punta Arenas, situada en la ribera norte del Estrecho de Magallanes, había dejado atrás su pasado de colonia penal para convertirse en una próspera ciudad. Su crecimiento poblacional era considerable, y contaba con un alto porcentaje de extranjeros, muchos de ellos británicos. En 1895, el Reverendo John Williams (antiguo misionero entre los yámana) fundó la iglesia anglicana de St. James. El edificio actual, ubicado en pleno centro de la ciudad, calle Waldo Seguel (la misma cuadra del Colegio Británico), abrió sus puertas en 1899. En las primeras décadas del siglo XX, la ciudad de Punta Arenas seguía creciendo y la comunidad británica aumentaba su fuerza económica: el edificio de la iglesia se agrandó en 1929. En la actualidad, su interior se encuentra amoblado en forma sencilla, con bancos de madera, un simple altar, varias placas conmemorativas, y unos vitrales alegóricos de alegres colores.

Actualmente la Iglesia St. James cuenta con un Concilio formado por miembros de la Iglesia y su Pastor permanente es el Reverendo Álvaro Leighton Ayala, cuenta con ministerios permanentes, grupos en casa y estudios bíblicos de Nivel 2, además de ofrecer una guía espiritual a los alumnos del Colegio Británico. Tiene un servicio dominical cada semana a las 11:00 A.M.

Álvaro Leighton - Capellán St. James Church - The British School

Palabras del Capellán

Querida comunidad de The British school:

La Palabra de Dios dice: Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará (Proverbios 22:6).

Con esto en mente el reverendo John Williams fundó bajo el patrocinio de la sociedad misionera sudamericana, The British school.

Lo hizo bajo la firme convicción de los misioneros de ese tiempo, que la vida espiritual y la relación con Cristo era parte fundamental de la formación integral de una persona. Por lo que, promovieron los valores cristianos espirituales y humanos de la fe cristiana en nuestra comunidad.

Para ellos, y sin duda alguna, para todos nosotros, una educación completa, es aquella que no sólo da o transmite información, sino que también valores. Una educación completa transforma el corazón, haciéndonos cambiar para poder tomar decisiones que sean de beneficio personal, pero también para la sociedad.

Hoy seguimos con la misma intención de los primeros años, promoviendo valores y principios que reflejan el carácter de Dios, como disciplina, amistad, honradez, esfuerzo, empatía, solidaridad, y sobre todo el amor que cubre todo lo demás. Amor dado hacia los demás, sin esperar nada a cambio, como expresión de gratitud a lo que Dios nos ha dado en Jesús.

Durante todos estos años de historia, el Colegio se ha esforzado en dar estos valores y mucho más. Para que podamos ir haciéndolos nuestro y formen parte de nuestro día a día. Deseamos que estos valores permeen su carácter como personas.

Mi sincera oración, es que este año y los que vendrán, estos valores que el colegio ha buscado darles, siguiendo la tradición del pastor John Williams, sean algo que ustedes aprecien y vivan de verdad. Valores que son fundamentales para toda su vida.

Eso será una bendición a sus vidas, para sus familias y para todos aquellos con quienes se relacionan.

Necesitamos jóvenes preparados, con valores y convicciones firmes para desenvolverse en este mundo. Y el Colegio les ha entregado lo necesario para lograrlo.

Finalmente, quiero animarlos a que busquen con mucha dedicación y perseverancia esta convicción de los iniciadores de este colegio, haciéndolos suyos y como un pilar fundamental para sus vidas.

Un abrazo,
Álvaro Leighton A.
Capellán de The British School